¿Qué es la laxitud palpebral o síndrome del párpado laxo?
Frecuentemente se le llama también «FLOPPY» (Floppy eyelid syndrome, FES). Hace referencia al exceso de laxitud de los párpado, lo que ocasiona pérdida de tono, distensión de los tejidos palpebrales y alteraciones en la función normal de los párpados como son la protección y nutrición de la córnea.
Su principal signo característico es que el párpado superior se revierte (se da la vuelta) con mucha facilidad con una leve tracción, incluso durante la noche mientras el paciente duerme.
Causas de la laxitud palpebral
El envejecimiento siempre genera perdida de la elasticidad o laxitud de los párpados, pero en este caso intervienen otros factores, como la genética, hábitos alimenticios, abuso de las radiaciones solares o el tabaquismo.
El Floppy suele estar asociado a enfermedades como la obesidad, la hipertensión, la apnea del sueño, la diabetes o enfermedades cardiacas. Por lo cual su diagnóstico podria requerir evaluaciones de otras especialidades
¿Qué puede provocar la hiperlaxitud palpebral?
Algunos de los síntomas más comunes en los pacientes con Floppy o síndrome de párpado laxo son la irritación del ojo, sensación de cuerpo extraño o arenilla, edema palpebral, secreciones mucosa. En los casos más graves el paciente puede llegar a tener úlceras y perforación corneal y, por tanto, pérdida importante de la visión.
Otros hallazgos que podemos encontrar en la consulta oftalmológica son:
Facilidad en la eversión del párpado, sobre todo el párpado superior. La eversión espontánea del párpado puede producirse durante el sueño en el lado donde el paciente prefiere dormir, en el lado sobre el que se apoya, y provoca irritación ocular, y al dejar expuesta la conjuntiva, y rozándola contra la almohada la conjuntiva se deteriora, y se convierte en una membrana que en vez de proteger a la córnea, cuando se parpadea la roza.
Ptosis palpebral y blefaroptosis (más conocido como párpado caído), se trata de un descenso del parpado superior.
Queratitis punctata. El párpado no protege adecuadamente a la córnea por lo que pueden producirse lesiones corneales que pueden llegar a ser muy graves, incluso con perforación ocular.
Alteraciones de la película lagrimal, BUT acortado y peor calidad de lágrima. El paciente siente sensación de arenilla, fotofobia, sequedad…
Ectropión del párpado inferior con lagrimeo, secreciones e irritación ocular continua.
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