Leer en condiciones de luz escasa obliga a ciertos músculos del ojo a un esfuerzo extra para enfocar generando fatiga y a veces dolor.
No existen pruebas que evidencien que leer con poca luz daña los ojos. Pero una cosa sí está clara: leer con poca luz dificulta la visión de las palabras de la página. Esto hace que la lectura resulte extenuante, lo cual puede provocar fatiga ocular y en consecuencia enrojecimiento de los ojos y dolor de cabeza.
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